Existen varios tipos de tractores, y es importante conocerlos bien antes de identificar el que mejor se adapte al tipo de trabajo que debe realizar. Generalmente se clasifican en una de las siguientes categorías: de arco alto, forestales, estrechos, de perfil bajo y sub-compactos.
Tractores de arco alto: también llamados «zancudos», son tractores agrícolas con tres o cuatro ruedas que permiten trabajar en cultivos elevados. Por ejemplo, en viticultura, un tractor de 2 o 3 hileras puede trabajar sobre 1 o 2 líneas de viñas respectivamente. Este tipo de vehículo puede equiparse con diversas maquinarias para realizar tareas como esparcir y pulverizar productos fitosanitarios, cosechar, arar, etc.
Tractores forestales: son vehículos dotados de un motor y que funcionan sobre ruedas u orugas, con al menos dos ejes. Su función depende sobre todo de su potencia de tracción, la cual les permite arrastrar, empujar, cargar o accionar diversos equipos, máquinas o remolques destinados a ser utilizados en el sector forestal.
Tractores estrechos: como su nombre lo indica, se caracterizan por su tamaño angosto. Son fáciles de manejar y más económicos que otros tipos de tractores, pero su motor es menos potente. Los arboricultores los utilizan a menudo para acceder entre hileras. También se utilizan en trabajos de cosecha, fertilización y deshierbe.
Tractores de perfil bajo: tienen la parte inferior situada a un máximo de 45 cm del suelo, por lo que su altura total es de 150 cm como máximo. Están especialmente diseñados para realizar tareas en espacios reducidos y le ofrecen la mejor visibilidad al conductor.
Tractores sub-compactos: también llamados «microtractores», cuentan con un chasis más pequeño. Ofrecen la fuerza y versatilidad de un tractor utilitario compacto, con la maniobrabilidad de un vehículo con tracción a las cuatro ruedas, a la vez que dan la sensación de conducir un tractor de jardín.
Tractor VIRTUS STAGE IV de Same